Conectará con una rampa de 2 kilómetros de largo y 400 metros de profundidad, que dará acceso a las galerías de la explotación de este mineral estratégico.
Dieciséis años después del inicio del proyecto de exploración y explotación del wolframio en Abenójar comienza la construcción de la puerta de acceso a la futura mina. Lo que en lenguaje técnico se llama “emboquille” conectará con una rampa subterránea, según confirma la alcaldesa de la localidad, Verónica García, que tendrá “2 kilómetros de largo” y de la que saldrán las diferentes galerías.
En los últimos meses, empresas de Abenójar han trabajado en el movimiento de tierras, la accesibilidad de caminos, la poda de árboles y la disposición de alambradas perimetrales en las hectáreas de las fincas la Virgen y la Peñuela, donde está ubicado el yacimiento. Calculan que los trabajos “preoperacionales” antes del comienzo de la extracción del mineral durarán alrededor de un año, hasta llegar a 400 metros de profundidad.
Mineral estratégico para fabricar maquinaria
Considerado mineral estratégico, el wolframio es un metal de color gris, muy duro y denso, que adquirió mucha fama en la II Guerra Mundial, ya que la Alemania nazi lo utilizó para revestir la punta de los proyectiles antitanque y la coraza de los blindados. En la actualidad se utiliza para componentes de maquinarias sensibles al desgaste y resistentes a la temperatura, además de para tubos de televisión y cables de calefacción.
La mina se ubica en la mitad occidental de la provincia, según el ingeniero de minas Pedro Aránguez, uno de los territorios más importantes de Europa en cuanto a “biodiversidad mineral”. Aparte del mercurio, que hizo de Almadén el primer productor del mundo, en esta parte de Ciudad Real se han localizado otros minerales estratégicos como el titanio, el circonio, el bismuto, los fosfatos, el cobalto, el níquel o el oro.
Sondeos tras superar la evaluación de impacto ambiental
El proyecto, que tiene detrás capital español y extranjero, superó la evaluación de impacto ambiental en 2014 y desde entonces, además de renovarla cada cierto tiempo según la legislación, se ha desarrollado el proceso de investigación, “con sondeos por todo el terreno para determinar la localización exacta del wolframio en las capas terrestres”, explica Verónica García.
“El proyecto lleva mucho tiempo arrancado, pero va dando pasos poco a poco, por los procesos administrativos y la financiación”, añade la alcaldesa, que señala que la extensión de los plazos es ajena al Ayuntamiento, que es el encargado de conceder los permisos de obra y que posteriormente dará el permiso de actividad.
La minería es un “revulsivo” económico que ya se nota en la localidad
Desde el principio, los vecinos de Abenójar, que suma en la actualidad 1.375 habitantes y que vive del sector primario, han aceptado “con una actitud positiva” la llegada de la minería a la localidad. García advierte que “el hombre tradicionalmente ha vivido de la minería, que ha convivido con la agricultura y la ganadería”.
Además, añade la primera edil que la población ha asumido que “la explotación es muy respetuosa con el medio ambiente, ya que ha superado una legislación muy estricta”, y además supone para zonas despobladas, como es el caso, azotadas por el desempleo, sobre todo femenino, “un revulsivo económico”.
“Está claro que la mina va a ser buena para la economía local y de la comarca. Aquí no existen voces discrepantes”, añade la alcaldesa, que señala que a nivel socioeconómico ya se nota la puesta en marcha, pues en los últimos años ya han notado la llegada de ingenieros de minas y geólogos “que consumen en la hostelería y pernoctan en los alojamientos de la localidad”.
Apoyo a la minería en Almadén
Por los mismos motivos, la Corporación de Almadén aprobó en pleno una moción de apoyo a la minería en Almadén, en consonancia con la también aprobada en el pueblo vecino y que pretende movilizar apoyos para que el Ministerio de Industria reactive la actividad extractiva a través de la empresa pública Mayasa.
La alcaldesa de Abenójar recuerda que coincidió con su homóloga en Almadén, Raquel Jurado, en una ponencia en la Universidad Autónoma de Madrid, y allí, comenta García, “cada una expusimos nuestro proyecto, por un lado, el de un pueblo en declive que quiere recuperar la actividad minera, y por otro, nosotros con un incipiente auge, fruto de los primeros trabajos de la minería”.
Así pues, García insiste en la riqueza de recursos minerales en la comarca y en que Almadén es tradicionalmente un pueblo minero. Por eso apoyan los proyectos de este pueblo relacionados con la extracción, porque “son una opción de vida” y significan futuro para la economía local.